Irán ha dado un paso alarmante al aprobar el cierre del estrecho de Ormuz, una vía marítima crucial por donde transita aproximadamente el 20% del petróleo mundial. Este domingo, el parlamento iraní pidió formalmente esta medida drástica, que ahora debe ser ratificada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional. La decisión, que podría tener repercusiones globales, fue anunciada por el general Smail Cousari, miembro del comité de seguridad del parlamento, quien afirmó que se ha alcanzado un consenso en el hemiciclo para cerrar este estratégico paso marítimo.
El estrecho de Ormuz, que conecta el Golfo Pérsico con el mar de Omán, ha sido objeto de amenazas por parte de Irán en múltiples ocasiones, especialmente en el contexto de crecientes tensiones con Estados Unidos y otros países occidentales. La televisión estatal Press TV informó que, aunque la decisión ha sido presentada por el parlamento, la aprobación final recae en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, que incluye al presidente Masud Pesquian y figuras clave de las fuerzas de seguridad del país.
El cierre del estrecho de Ormuz podría desatar una crisis energética sin precedentes, afectando a mercados globales y elevando los precios del petróleo a niveles insostenibles. Las repercusiones de esta decisión son inminentes y podrían desencadenar un conflicto regional, dado el impacto directo que tendría en el suministro energético mundial.
El mundo ahora observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos. La comunidad internacional está en alerta máxima ante esta amenaza que podría alterar el equilibrio geopolítico y económico. La pregunta que queda en el aire es: ¿estamos al borde de una nueva crisis en el Medio Oriente?