**OLA DE PROTESTAS EN ESTADOS UNIDOS: DOBLE MORAL CON LA INMIGRACIÓN ILEGAL**
Una ola de protestas sacude Estados Unidos, desatada por la creciente indignación hacia las políticas de inmigración. La izquierda, que durante años guardó silencio ante las masivas deportaciones de administraciones anteriores, ahora clama contra el AIS, revelando una hipocresía alarmante. Las manifestaciones, financiadas desde el extranjero, exponen un intento de desestabilizar la convivencia social y económica del país.
Los críticos argumentan que el actual enfoque hacia la inmigración ilegal no es más que una estrategia para crear una subclase dependiente, utilizada para asegurar votos. La retórica paternalista que sostiene que sin inmigrantes ilegales no habría quienes realicen trabajos esenciales es vista como una burla. Esta narrativa no solo es considerada racista, sino que también ignora el impacto negativo de la inmigración ilegal en la seguridad y la economía.
Las cifras son contundentes: las administraciones de Clinton, Bush y Obama deportaron a millones, mientras que la actual administración enfrenta una creciente presión por parte de los mismos que ahora protestan. La izquierda, que solía defender políticas de deportación, ahora adopta una postura radical que ignora la realidad del crimen y el costo social que implica la inmigración ilegal.
La situación se intensifica a medida que figuras públicas y celebridades se manifiestan, pero muchos críticos señalan que su activismo es superficial y oportunista. La urgencia de la crisis se siente en cada rincón del país, mientras los ciudadanos se preguntan: ¿realmente se busca una solución o solo se perpetúa un ciclo de dependencia y control?
Las protestas, lejos de ser un movimiento por la justicia social, podrían ser vistas como un intento de sabotear las políticas que buscan fortalecer la seguridad nacional. La pregunta que resuena es clara: ¿está Estados Unidos en camino hacia un cambio constructivo o se enfrenta a un futuro de caos y división? La respuesta, en medio de esta tormenta de indignación, aún está por verse.