**¡Impactante giro en la industria automotriz! Canadá desbarata los planes de vehículos eléctricos de EE. UU. y sorprende a la UE.**
En un movimiento que ha dejado a la administración de Trump atónita, el Parlamento de Ontario ha aprobado una ley que transforma radicalmente el flujo de materiales críticos para baterías, desviando el suministro de Estados Unidos hacia Europa. Esta decisión, que podría marcar el inicio de una nueva era en la guerra de suministros de vehículos eléctricos, ha llevado a un aumento del 12% en el precio del níquel en Detroit y ha desestabilizado el modelo de costos en Michigan.
La nueva legislación, conocida como el “Critical Materials Redirection Act”, clasifica productos como níquel y cobalto como exportaciones de seguridad nacional, lo que requiere la aprobación del gabinete para cualquier envío a EE. UU. Esto significa que los contratos existentes no se renovarán, afectando directamente a la industria automotriz estadounidense que depende de estos materiales. La respuesta de Ottawa ha sido clara: la diversificación de la cadena de suministro es esencial para la resiliencia económica.
El impacto ha sido inmediato. Volkswagen anunció que su nueva megafábrica de baterías en Ontario podría destinar toda su capacidad de 90 GWh al mercado europeo. Mientras tanto, el costo de los materiales de batería se dispara, y los fabricantes de automóviles en EE. UU. se ven obligados a recalibrar sus operaciones ante un panorama incierto.
Con la presión sobre Michigan en aumento y los grupos de presión estadounidenses clamando por una revisión del estatus de Canadá como aliado, la situación se vuelve cada vez más tensa. La Casa Blanca ha iniciado una investigación sobre las restricciones canadienses, pero Ottawa parece tener una mano fuerte, utilizando su capacidad de producción de energía como una carta de negociación.
Este cambio de estrategia no solo redefine la relación entre Canadá y EE. UU., sino que también posiciona a Canadá en el centro de una nueva dinámica global en la que la dependencia de los recursos críticos se convierte en un arma de poder. La era de la autosuficiencia del mercado norteamericano podría estar llegando a su fin, y el futuro de los vehículos eléctricos en EE. UU. pende de un hilo.