El año 2024 se esperaba como el gran regreso de Rafa Nadal, con los aficionados ansiosos por verlo competir nuevamente al más alto nivel. Sin embargo, las cosas no salieron como el campeón había anticipado. Rafa sufrió una dura derrota en el Masters 1.000 de Roma, un verdadero shock para sus seguidores.
Después de abandonar el torneo, la leyenda del tenis mundial sintió el apoyo incondicional de su esposa, Maria Francisca Perello, y su hijo. Este apoyo familiar le ayudó a sobrellevar la decepción, obligándolo a despedirse de un torneo que ha ganado en 10 ocasiones a lo largo de su ilustre carrera.
En las gradas, no solo estaban Mery y sus hijos, sino también su madre y hermana, Ana María Parera y Maribel Nadal. Su padre, Sebastián, y su suegra, María Pascual, también estuvieron presentes para brindarle apoyo. Todos querían ver lo que Rafa podría mostrar en su último año como profesional en el circuito ATP, un periodo en el que ha recibido innumerables elogios en cada lugar que ha visitado.
“No me siento bien, porque me siento capaz, pero no puedo demostrarlo en la cancha”, compartió Rafa con descontento. El exrey de la tierra batida dejó muchas interrogantes sobre su participación en Roland Garros, indicando que “hay dos caminos: uno es rendirse y decir que no siento que deba prepararme porque no he jugado lo suficientemente bien; el otro es trabajar duro y tratar de lograr algo diferente en dos semanas”.
A pesar de la clara tristeza por la eliminación, el momento de homenaje recibido por miles de aficionados en el Foro Italico ayudó a suavizar el dolor. Esto no estaba planeado, pero todos los presentes le brindaron una calurosa ovación, esperando que Rafa saliera a expresar su gratitud final.
“Siempre recordaré esos momentos en mi corazón por muchas razones”, dijo Rafa después de haber vivido esa experiencia especial y única.
El año 2024 aún tiene muchas cosas que ofrecer para Rafa Nadal, y los aficionados siguen esperando impresionantes actuaciones por parte de él.