■ Una investigación confirma que León albergó campos de entrenamiento militares ■ Son los más extensos hasta la fecha
Dos arqueólogos durante las prospecciones del la semana pasada. JOSÉ MARÍA ESPÍ DUEÑAS
«Hemos realizado nuestros sondeos y hemos confirmado nuestras sospechas de que estábamos ante campamentos para prácticas, porque han aparecido las fosas y los terraplenes de lo que corresponde el sistema defensivo romano básico», ha señalado Ángel Morillo Cerdán. Catedrático de arqueología de la Universidad Complutense de Madrid, investigaba, junto a César Heras, unos yacimientos de las inmediaciones de Trobajo del Camino a raíz del hallazgo de evidencias que apuntaban a que la zona albergaba restos romanos.
La hipótesis de que los alrededores de León fueron empleados por los romanos para realizar entrenamientos y prácticas militares se confirma después de tres años. Durante las primeras fases se realizaron fotografías aéreas y tomografías que apuntaban a que existía un área que había acogido este tipo de actividades. Las catas realizadas a lo largo de la semana pasada han demostrado que se trata del «complejo de campamentos más grande», «de casi dos docenas de recintos», «y es la primera vez que se ha documentado en la Península Ibérica», ha señalado Morillo Cerdán. El investigador ha asegurado que es posible que haya más restos de estas características en las cercanías de León, como sucede en la ciudad de Xanten (Alemania), en la que era habitual este tipo de actividades.
El trabajo de campo del grupo de la investigación finaliza dejando paso a la publicación de sus resultados. Ahora, indica Morillo, la Junta y el Ayuntamiento tienen que realizar la pertinente gestión patrimonial. «A lo mejor no es posible proteger todo el conjunto, pero sería deseable que al menos una parte quedara protegida», «para que se pudiera conservar una parte de este conjunto, el más grande e interesante que hay en España».
El proyecto se ha podido realizar gracias a la colaboración entre el Consejo de Investigaciones Científicas, la Universidad Complutense de Madrid, la ULE y el Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, así como al apoyo económico de la Junta de León y de un proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación.