EN UN GOLPE DE SORPRESA, Christian Horner, jefe de Red Bull, amenaza a Yuki Tsunoda con su salida inminente del equipo tras una serie de desastrosos resultados en las últimas carreras de Fórmula 1. El japonés ha tocado fondo, acumulando posiciones de colista en tres de los últimos grandes premios, lo que ha generado un clima de tensión palpable en el garaje de Red Bull. Tsunoda, quien ha experimentado un sufrimiento incesante y ha sido incapaz de sacar el máximo rendimiento del RB21, se encuentra al borde del abismo.
La situación es crítica. Después de un accidente devastador en Imola, donde terminó en la última posición, su desempeño ha continuado en picada, con un decepcionante 12º lugar en Mónaco y otro último puesto en España. Las palabras de Tsunoda, llenas de frustración y resignación, revelan su lucha interna: “No tengo ni idea de por qué soy lento”. Mientras tanto, su compañero Max Verstappen brilla en la segunda posición, evidenciando la desventaja que enfrenta Tsunoda.
La presión se intensifica aún más con el ascenso de Isaac Hadjar, quien ha deslumbrado en su desempeño con el Vcar 02, dejando a Tsunoda en una posición precaria. Horner, al ser cuestionado sobre el futuro del japonés, ha eludido la respuesta, aumentando las especulaciones sobre un posible reemplazo inminente. “Es pronto para criticar a Yuki”, dice, pero su tono sugiere que el tiempo se está agotando.
Las palabras de Helmut Marko, asesor de Red Bull, añaden leña al fuego: “Isaac tiene potencial para ganar un Gran Premio”. Con el parón de verano a la vista, todo indica que Red Bull está listo para tomar decisiones drásticas. La sombra de la sustitución se cierne sobre Tsunoda, quien podría quedar fuera no solo del equipo, sino de la Fórmula 1 si no logra revertir su situación. La carrera contra el tiempo ha comenzado.