Las claves del triunfo de Carlos Alcaraz ante Novak Djokovic en la final de Wimbledon del año pasado fueron su saque y su defensa. ¿Funcionará esta vez?
El español Alcaraz sacó con fuerza al cuerpo de Djokovic, y el serbio tuvo dificultades para controlarlo.
Alcaraz ganó el 78 por ciento de los primeros servicios que dirigió al cuerpo de Djokovic, la tasa de éxito más alta de todas las direcciones de servicio.
Pero, como lo hizo durante toda su carrera, Djokovic modificó su juego para anular las fortalezas de su oponente la próxima vez que se enfrentaron.
Cuatro semanas después se enfrentaron en otra final épica del Masters de Cincinnati. Esta vez, Djokovic estaba preparado. En esa final, Alcaraz ganó solo el 60 por ciento de sus primeros servicios dirigidos al cuerpo de Djokovic (la tasa de éxito más baja) y ganó muchos menos puntos.
Lo que más debe haber frustrado a Djokovic el año pasado es cómo Alcaraz lo venció en su propio juego.
Djokovic es uno de los mejores defensores de todos los tiempos. Cuanto más dura el rally, más seguro es que el 24 veces campeón de Grand Slam lo gane.
El año pasado ocurrió lo contrario: Alcaraz ganó casi dos tercios de los puntos en intercambios de más de 10 golpes de duración, que incluso aumentaron con el saque del propio Djokovic.
Cuando ambos se volvieron a ver las caras en Cincinnati, Djokovic hizo las paces. Allí, fue el serbio quien dominó los puntos más largos. ¿Podrá su cuerpo envejecido y medio en forma volver a hacerlo el domingo por la tarde?
