El REAL MADRID dejó escapar a Neymar. No había forma de que dejara escapar a la próxima superestrella brasileña en potencia.
Así que se jugaron una buena apuesta. Vinicius Junior tenía 16 años y no había jugado ningún partido profesional cuando el Real Madrid se gastó unos 40 millones de libras en él hace casi cuatro años.
Vinicius Junior fue la estrella del partido ante el Liverpool en la Champions LeagueCrédito: EPA
No había garantías de que una joven promesa sobresaliente pudiera llegar a inclinar la balanza al más alto nivel.
El camino entre la promesa y la realidad es largo y tortuoso, y muchos jóvenes prodigio se han desviado del camino en el camino.
Pero esa actuación contra el Liverpool el martes pasado hizo que el precio de la transferencia pareciera dinero bien gastado.
Vinicius Junior ya estaba ganando el partido para el Real Madrid antes incluso de abrir el marcador con un gol de gran factura.
Ese ritmo devastador y esas marchas extra que tiene estaban sembrando peligrosas semillas de duda en un equipo del Liverpool que ya carecía de confianza en su juego de presión.
No sabían si quedarse con el tema o cambiarlo. El heavy metal de Jurgen Klopp no se puede reproducir en modo desenchufado y el joven brasileño fue la causa de la confusión.
El Liverpool le tenía demasiado miedo como para presionar con convicción, lo que le dejó a Toni Kroos espacio para lanzarle pases potentes a Vinicius.
El ritmo en el fútbol nunca es sólo velocidad pura, sino cambios de ritmo, elegir el momento adecuado para pasar de marcha y, si va a acabar en gol, ser capaz de desacelerar y mantener la cabeza lo suficientemente quieta para rematar con precisión.
Así que hubo mucho más que admirar que la velocidad en los dos goles que Vinicius marcó en la victoria del Real Madrid por 3-1 en la ida.
Allí estuvo el momento de la carrera para el primer gol, y la forma en que se liberó del defensor en el segundo.
Y ahí estuvo la precisión de sus disparos, con dos remates bien colocados que superaron al portero titular de Brasil.
PROMESA TEMPRANA
Este fue el equivalente en la Liga de Campeones del momento en la Copa Libertadores de Sudamérica cuando Vinicus Junior indicó por primera vez que estaba camino a ser algo especial.
Era marzo de 2018. El Real Madrid ya lo había fichado, pero era demasiado joven para cruzar el Atlántico y por eso todavía jugaba en el Flamengo de Río.
Estaban perdiendo por un gol en su visita a Emelec de Ecuador cuando Vinicius entró de la banca.
Convirtió la derrota en triunfo con dos goles maravillosos. A pesar de la decepción de ver perder a su equipo, los hinchas de Emelec sintieron que habían estado en presencia de algo fuera de lo común.
Al sonar el pitido final, todos hicieron cola para hacerse una foto con el fenómeno adolescente.
La pregunta ahora es si podrá reproducir regularmente el nivel de rendimiento del martes.
Aún quedan dudas sobre su capacidad de definición y toma de decisiones. No es de extrañar que alguien que se mueve a ese ritmo tenga problemas de precisión. ¿Fue casualidad el partido de ida?
No hay mejor lugar para demostrar que no fue así que el partido de vuelta.
El Liverpool está obligado a perseguir el partido en Anfield. Acertar con Vinicius al contraataque será, sin duda, una parte clave de la estrategia del Real Madrid.
Otra exhibición ganadora del partido demostrará que la verdadera grandeza está a su alcance.